Friday, October 24, 2008

Comer despacio

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Manuel Guzman Hennessey

Quiere el gordo Fernández someterse a un "bypass gástrico". Podría comer más despacio y obtener lo que desea. Quizás de una manera menos drástica, más lentamente, pero también más felizmente.
Lo dijo Borges en su poema Instantes: demorarse más. Y lo dicen los investigadores de la Universidad de Osaka, que publicaron, por estos días, en British Medical Journal, una investigación basada en el análisis de los hábitos alimentarios de 3.000 personas. "Si uno come rápidamente está llenando el estómago antes de que la información gástrica tenga una oportunidad de generarse", dijo el profesor Ian McDonald, de la Universidad de Nottingham.

Otro estudio, de la Universidad de Rhode Island, publicado en Journal of the American Dietetic Association, llega a la misma conclusión: si se baja la velocidad de la ingestión, se puede bajar de peso.Las doctoras Elizabeth Denney-Wilson y Karen Campbell van más allá. El editorial que presenta los resultados del estudio dice que el mecanismo que nos hace gordos hoy, podría haber sido, hasta hace relativamente poco, una ventaja evolutiva, que nos ayudaba a consumir más alimento cuando este era escaso. Algunos comen siempre de prisa (o depredan, como un amigo mío); quizás creen que alguien les puede arrebatar el alimento.

La información sobre este peligro probablemente está en la genética de individuos mamíferos, que necesitaron sobrevivir cuando escaseaban los alimentos. Y quizás debido a ello, una de las nuevas áreas desde la cual hoy se estudia la obesidad se aparta de lo puramente fisiológico y aborda el problema desde los comportamientos del acto de comer. Es lo que hace el laboratorio Kissileff, de la Universidad de Liverpool. Uno de sus investigadores, el doctor Jason Halford, encontró que el medicamento contra la obesidad llamado sibutramine actúa desacelerando el ritmo al que los gorditos comen.

Ahora bien, comer despacio reporta más placer que comer rápido; lo promueve la tendencia comida lenta (slow food) y lo disfrutan muchos otros (y otras) a quienes no puedo mencionar aquí, y no porque coman muy rápido, sino porque hacen parte de los felices cumplidores de la sentencia de Alejandro Casona: todo hombre bien comido será siempre un hombre bueno, y todo hombre bien bebido, será siempre un hombre sabio. Ojalá ninguno insista en cirugías, pues otro estudio, de la Universidad de Wake Forest (Estados Unidos), identificó 32 casos de encefalopatía de Wernicke entre quienes se sometieron a cirugía para reducción de peso.

guzmanhennessey@yahoo.com.ar

Manuel Guzman Hennessey es Director del Centro de Aplicaciones de la Teoría del Caos

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